Estamos acostumbrados a buscar por fuera la felicidad, la paz y el bienestar, pensamos que lo externo nos va a llevar a vivir en plenitud. Mis amados la verdad es que nada de lo que está allá afuera nos llevará a seguir escalando. Si queremos algún cambio todo empieza en nosotros mismos, hay que vivir con un gran sentido de propósito, tranquilidad y pasión, dentro de ti esta ese potencial innato dado por Dios de resiliencia, en los momentos más difíciles es donde han venido las grandes ideas.
Todo lo que compramos para nuestras casas, las cosas que usamos alguien las invento, la patentó y por lo tanto hizo un manual del usuario, porque el inventor sabe como trabaja.
Para nuestra vida no podemos usar el manual de otro o sea cada persona tiene sus vivencias y cada uno las resuelve según sea su manual. Dios nos ha dejado un manual, no para que lo usemos solo cuando lo necesitamos, ni tampoco para seguir reglas, este manual es para tener una relación estrecha y directa con el creador de todas las cosas, cuando conocemos a Dios, podemos entender su propósito en nosotros.
La Biblia define la Fe como la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1) En estos tiempos nuestra Fe está siendo probada, si queremos pasar al otro lado con paz, gozo y bendecidos, debemos de aferrarnos al Señor, hundirse es pensar que las circunstancias son más grandes que Dios, que un virus pueda destruir nuestra vida, que tus hijos no van a cambiar, que nadie te toma en cuenta, que estas solo etc.., cuando dejamos que estos pensamientos se adhieren a nuestro corazón es porque hemos dejado de creer.
Demostrar significa manifestar y enseñar. Por medio de actos demostramos que el amor no es solo palabras sino hechos. Decir y demostrar van de la mano, algunos pueden decir que no les enseñaron a mostrar amor y es por eso que se les dificulta mostrarlo a su cónyuge, hijos, hermanos, amigos etc.. Eso es solo una justificación para no hacerlo.
Muchos se preguntarán salvarnos de que? Dios salvará nuestras almas de un castigo eterno. Somos seres eternos, nuestras almas nunca morirán, pero si en vida cada uno decidirá dónde va a pasar su eternidad. Lo que Jesús nos promete es que estaremos con El, en la gran cena, la ciudad en que vamos a vivir será la nueva Jerusalén con calles de oro y mar de cristal donde Él enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir».( Apocalipsis 21).
Nada ni nadie! podrá separarnos del amor de Dios. Jesús siempre está pendiente de sus hijos, está ahí para socorrernos, para darnos paz y consuelo, El es inmutable y no hay sombra de variación en El (Santiago 1:7), Las dificultades, las pruebas y todo lo difícil que podemos vivir no son razones para separarnos de Dios, mejor dicho no existe ningún motivo para que dejemos de creer. Dios nunca nos suelta de su mano, es el hombre quien se suelta, porque ha puesto su mirada en los problemas, se ha apoyado en el dolor y en la tristeza.
Decir esto no es negar que hay una situación difícil es notar que estamos teniendo una experiencia de vida y que si le creamos una historia ahí se vuelve un problema. No se trata de huir de la situación sino entender que lo que yo pienso de ella es opcional, Dios nos dio libre albedrío y esto tiene que ver con lo que pensamos porque como pensemos así actuamos.
Comencemos a ver las cosas con otros lentes, los lentes de la fe y la esperanza, observa y sigue avanzando, no te envuelvas en el torbellino de la situación porque terminarás sin fuerzas y desanimado.
De dónde vino esta ideología? Este pensamiento de superioridad viene de un enemigo llamado Satanás, quien es el que trae división y violencia para desunir a todos los hermanos.
El racismo no tiene base bíblica como algunos supremacistas lo declaran, Dios habló bien especifico cuando nos dice en Hechos 17:26, "Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación". Todos llevamos la misma sangre y por eso nos llamamos hermanos.