DIA #3 

AYUNO DE ENERO 2023 “ACTIVANDO EL LLAMAMIENTO”

Llamar requiere una respuesta.

Leer: 

Génesis 12:1-5 

1Reyes 19:19-21 

Lucas 5:1-11

Abraham lo dejó todo, Eliseo lo dejó todo y los discípulos lo dejaron todo como respuesta al llamado de Dios.  Ya sea que necesitemos o no dejar nuestra tierra y nuestros medios de subsistencia de la misma manera, la respuesta del corazón debe ser la misma.  Responder al llamado de Dios en nuestras vidas requiere nuestra plena devoción.

Incluso si sentimos que ya hemos respondido de todo corazón a Dios, el llamado casi siempre implica salir de nuestra zona de confort y adentrarnos en grandes cosas desconocidas.  El llamado de Dios en nuestras vidas es siempre para algo más grande que nosotros mismos.  Comprometerse con aspectos más profundos del llamado requiere que nos olvidemos de nosotros mismos, menos preocupados por nosotros mismos y más preocupados por Dios.  Podemos estar seguros de que cuando tenemos frustraciones y anhelos que van más allá de nosotros mismos, significa que se están incubando y descubriendo aspectos del llamado.

Lo que puede ser tanto tranquilizador como abrumador al mismo tiempo es que Dios nos llama personalmente por nuestro nombre (Isaías 43:1; Juan 10:3).  Es tranquilizador porque nuestro futuro en Dios está trazado para nosotros.  ¡Es abrumador porque no obtenemos una copia del mapa!  La llamada de Dios es una invitación a la confianza.  En el día a día, Dios promete ser lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino (Salmo 119:105).  Dios está en la luz, y también está en la oscuridad (ver Salmo 97:2).  En la sabiduría de Dios y en nuestro mejor interés, Él nos pide que le confiemos el próximo paso y lo que está por venir.

 REFLEXIONEMOS 

¿Cómo has respondido al llamado de Dios en tu vida hasta ahora?  ¿Cómo se ha visto y sentido?  ¿Cuál es el siguiente paso para ti?

Oración

Señor Dios, gracias porque me estás llamando.  Ayúdame a responder con todo mi corazón, mente, alma y fuerza.  Amén

Pastores Raymond & Monica Jaquez